My Playlist


jueves, 28 de diciembre de 2006

Entre tus sueños

Entre tus sueños

Hace unas horas, cerré mi pc con la intención de hablar contigo, hasta acompañarte al quedarte vencido por el sueño, y proseguir más tarde con el mío. Pero el deseo de decirte cuánto te quiero, ha hecho que vuelva a conectarme y copiar en nuestro Angulus Ridet lo que acabo de escribirte.

Aunque a solas, sé que esta noche estás conmigo…

Entre tus sueños

“Esta noche quiero escribirte algo especial, y mi deseo es que se cumplan tus deseos y valga la redundancia.
Esta noche amor mío, recapacito en la trayectoria que ha tenido nuestro camino, y me sitúo en el día de ayer y en una hora de la tarde en la que hablábamos de una incursión, la cual desde ese instante me produjo dolor… Podría haber despertado a Asterión de un modo irreparable…
Y precisamente en esa piedra es donde encuentro tu bondad y fortaleza…

Se que las piedras no hablan, pero esta vez sí me dice con eficacia… Y me dice tanto de ti…

El pensamiento me ayuda, trayéndote a mí como en tantas horas al día te me representas al asomarte por todos los recodos de mi mente.

No soy juez, ni siquiera dueña de esa palabra que necesito entregarte y que me gustaría encontrar para decírtela. Y eso me entristece muchas veces, y me hace verte o comprenderte más como debo que como quisiera…

Las ilusiones, ya no están a solas como estábamos nosotros, ni el eco de los pensamientos permanece dormido, al contrario, resuena indicando todo lo que nos depara la fuerza que nos entregamos. Llegan a mi mente como ingredientes de una suculenta cena, con el propósito de que lo transcrito en este folio que ahora uso para decirte innecesariamente cuánto te quiero, y escribo innecesario, transportando el sentido a nuestra grandiosa comunicación, te haga sentir un poquito más feliz cuando tú lo leas. Y mi torpeza más tremenda es que no se por dónde debo empezar y eso ocasiona que no te haya dicho lo feliz que me haces. Porque si me gustaría describirte con talento la riqueza que tienen todas tus frases o tus descubrimientos para mí, pero compruebo que el peso de todo este escrito está en la dicha que me entregas cada día y a cada instante, y ello ahoga transitoria y placenteramente cualquier definición que pudiera exponer.

Hacía días que no te escribía mi amor. Ya sabes tú lo que nos pasa. Cuando nos hemos figurado dificultosos o lejanos, cada expresión se ha visto quebrantada por el sufrimiento en nuestros manuscritos, y ahora que te respiro tan en mí, la alegría me obliga a permanecer horas pensándote y disfrutándote al hablarte aunque no estés enfrente mío, añorándote aún estando contigo, y afligiéndome cuando debemos guardarnos uno al otro. Por eso, esta noche aprovecho para digerirte, ahora que te has acomodado en tu descanso, e intento resumirte lo que siento.

Ilógicas si quieres, son estas letras que no cesan en su vicio de repetirse, o de decirte todo lo que te quiero y cuánto te admiro y que siempre sería poco, pero no carecen de importancia porque en ellas, quiero agradecer a Dios por ofrecerme la oportunidad de estar a tu lado y le pido humildemente que tú también te sientas tan cerca de mí como yo te vivo.

Y mira, ya casi como siempre, deja de afectarme el hacer castillos en el aire, porque ahí en ese inapreciable cirro, los deseos están colmando de esperanza nuestras ganas para que todo salga bien… Y ahora paro y me pregunto… ¿Cómo serán ahora tus ganas…?

A veces me pregunto si yo tendría la paciencia que te pido si la situación ocurriese a la inversa, a veces, muchas veces, las interrogaciones me abordan, los “por qués” consiguen sucumbirme entre la pena y la soledad de algunos recientes recuerdos, los miedos me rozan, pero… Mi niño… Me niego a todo ello enfrentándome con el más arduo y áspero talante y consiguiendo apartar todo ello de mi mente para que nada se interponga en esta nueva oportunidad que nos brinda la vida… Y Bridda aparece y me hace sonreir…
Otras veces, aún habiendo visto más allá de nuestros pasos, tal y como hemos predicado tantas veces, te dejo aprender por ti mismo y al mismo tiempo aprendo yo de ti…

Pero cuando mi silencio es causado por ajenos, sabes que el dolor me quita el habla, y mis dientes rechinan por no emitirte la frase que te dañara, y ahí es cuando muero, sólo muero un poquito, porque si muriera toda, dejaría ver mis dudas y posiblemente eso te haría infeliz.
Ya está tomando camino este escrito, y se intenta rebelar tomando el camino que yo no quería que tomase…

De nuevo hago ahora otro alto en el camino para sentarme en la piedra que dejé atrás y retomar tu sueño y acompañarte en fuerza, porque no importa las armas que adquiriste ni quién te las puso en la mano, el caso es que has ganado la cruzada…

Los Asteriones andan rezumando por si consiguen hacer una escapada, pero supongo que estando juntos, se sienten tan acompañados que optan por disfrutar de ellos mismos, importándoles poco nuestro mundo aunque sea por unos días. Ellos, pienso yo, bastante tienen con tejer su oportuno quilombo, y bastante es eso ya para que permanezcan entretenidos.
Nosotros mientras tanto, pasamos de la vigilia al letargo y entre un estado y otro visionamos todo aquello que anhelamos y desechamos lo que más nos lastima. Así es como voy conociendo a todas las personas que jamás he conocido, o como tú vas compartiendo todo eso con las que jamás se cruzaron en tu camino. Y entre estas idas y venidas nuestra vida se moldea al ritmo que nosotros perfilamos esta alianza entregándonos uno al otro.

Y el tiempo transcurre y hoy las circunstancias cobran un sentido especial del que casi me había olvidado y me resisto a transcribir por segunda vez en esta noche, todo aquello que lucha por salir y carece de peso en nuestras vidas. Porque pensar en mí, sería cesar en el escrito que te quiero regalar y eso no lo quiero hoy.

Intento ceñir estas palabras a mi primer pensamiento sobre la piedra del camino, pero me pierdo en nuestras frases, será que ellas tan dulces como tu ternura sí tienen la fuerza entrañable del mando que les hemos asignado, y por consiguiente disponen del poder de adelantarse, será que ellas si disponen del apoyo que tanto hemos anhelado.

Apostaría por muchos de mis pensamientos y todo ganaría, si les permito fundirse con los tuyos. ¡Ay! Lo que me está costando decirte cuánto te valoro… ¡Ay! También ¡Ay! Por todo lo que estoy callando…

Ya no me oprime el pecho por la pena, ni la congoja arroja lágrimas de sangre de aquel modo… Ahora, el pecho se me llena con latidos que desprenden alegrías y también… No descartan la dureza de esta ausencia que te siento, y se me paraliza la respiración cuando te veo dormido, por el hecho supremo de un solo deseo para un futuro nuestro… Y es, verte dormido entre mis brazos…”

Te quiero guachito mío…

SirenitySevenSea

No hay comentarios: